jueves, 2 de octubre de 2014

“Delirium”


“Delirium” es una doble estafa. Por un motivo más que concreto: cuenta de forma precaria, una historia pobre. Todo de forma elemental, transitando los caminos de lo obvio y recurriendo a figuras estelares como para dejar en claro que se contaba con recursos que sus directores decidieron no utilizar. El problema es que en plena época de redes sociales y de ultra exposición, a nadie asombra ver a los famosos protagonizando roles ajenos a su profesión. Ver a Susana Giménez, a Diego Torres y a Guillermo Andino, entre otros, en la película no produce más que una mueca. Mientras que verlo a Ricardo Darín así de expuesto, da pena.

Lo mejor de “Delirium” son dos cuestiones bien marcadas. La primera es su poca duración, por lo que la tortura visual no nos genera una hemorragia mortal. Y lo segundo e importante, en estos tiempos donde lo más difícil es darle un final acertado a cualquier film en su momento justo; la cinta de Carlos Kaimakamian Carrau, en su epílogo queda a la deriva. Podríamos estar hablando de la primera película de la historia en no tener un final. No abierto, menos subliminal. Para no desilusionar (aún más) al espectador con un final desacertado, es mejor que no tenga.

La película cuenta la historia de tres amigos, entre perdedores y deficientes, que desean salir del letargo en que se encuentran y para ello planean dar un golpe que los haga millonarios no sabemos, pero sí adinerados. Y qué mejor que filmar una película con la figura de Darín como protagonista. Una ecuación como la de Darín igual a éxito, que no resulta ni en la ficción ni en la realidad. “Cine en el cine” pensaba Woody Allen mientras craneaba “La rosa púrpura del Cairo” en algún barcito de su Manhattan querida; igual que el ganador del Oscar por “El secreto de sus ojos”, al lamentarse tanto en el bosque como en el set de filmación “qué hago acá con estos improvisados”.

Lo dicotómico de “Delirium” es que nos hace pasar del humor absurdo a la tensión en escasos segundos. Risa porque tiene momentos donde alguna sonrisa se nos escapa y dramatismo cuando desconocemos las razones que llevaron a un actor de reconocimiento internacional como Ricardo Darín a compartir escenas con actores anónimos. Por otra parte, su director nos muestra que el protagonista de “Nueve reinas” y Hernán "Curly" Jiménez también pueden actuar mal. O sea, toda una novedad. 

Nada los salva de la catástrofe. Ni la acertada inclusión de Diego Torres, menos la de Susana Giménez. Sólo un destello de buen cine, cuando uno de los amigos le explica a otro, su plan en una libreta que se escribe y se borra automáticamente.

Si “Delirium” puede quedar en puntos suspensivos, también puede hacerlo esta crítica… como para equilibrar todo. Profundizar más, ya sería saña.

Guión y dirección: Carlos Kaimakamian Carrau.
Elenco: Ricardo Darín, Ramiro Archain, Emiliano Carrazzone y Miguel Di Lemme.
Duración: 84 minutos.

Por Mariano Casas Di Nardo.

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